La insignia de ADEIN es una creación conjunta de alumnos y profesores al tiempo de su fundación el año 2008. Como conjunto, representa la afiliación y necesaria vinculación a nuestra institución madre, el Instituto Nacional; y como tal, hace eco de los valores Ilustrados que inspiraron su fundación en 1813. Por esa razón el lema: “Sapere Aude”, máxima de la época ilustrada, hecha famosa en el texto de Kant titulado “¿Qué es la Ilustración?”.
En él, Kant expone la idea central del pensamiento Ilustrado:
“La ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento, sin la guía del otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí el lema de la ilustración” (Kant, 1784).
En ADEIN entendemos que la principal labor de un miembro de ella es pensar por sí mismo. Esto no significa un solipsismo egoísta (no es pensar para sí ni sobre sí, sino por sí mismo); significa meditar –intelectual y/o moralmente-, usando como guía la propia razón, sobre qué podría ser válido intersubjetivamente en la comunidad.
Los cuatro símbolos que integran la Insignia no son sino manifestaciones del ideario Ilustrado.
La Torre: Fortaleza
La Torre en la esquina superior izquierda tiene un doble significado. Su explicación histórica alude al escudo familiar que fue otorgado por la Corona de España a la Familia Carrera, al que se remonta el origen del apellido del Prócer del colegio; en cuyo escudo familiar, figura la imagen de una torre (Zañartu, 1940). Como ADEIN hemos querido recuperar dicho símbolo y otorgarle el sentido de la fortaleza, la resistencia y el coraje como virtudes fundamentales de nuestro trabajo. De ello se sigue la máxima de compromiso: el trabajo a conciencia en ADEIN es la pieza clave para conseguir el éxito.
El Libro: Creación
La figura de la pluma y el libro fue creación original de los estudiantes de ADEIN en la fecha de su fundación, y tiene como misión representar el espíritu creador de conocimiento proveniente de nuestros miembros. En tanto realización del espíritu crítico, el estudiante de ADEIN no está llamado a ser un observador pasivo de su realidad, sino a intervenirla y transformarla, teniendo la razón como su norte. En tanto el trabajo de ADEIN se orienta al conocimiento, y no al éxito personal, se desprenden de este símbolo las máximas de respeto personal, cooperación, integración y no discriminación. Lo que vale en ADEIN es el ejercicio profundo de la razón.
El Árbol: Razón
Descartes, en sus Principios de Filosofía, usaba la metáfora del árbol para referirse a la lógica del conocimiento científico (Descartes, 1644). Señalaba que todo conocimiento tiene como raíz la metafísica, como tronco la física o filosofía natural, siendo ambos los que permiten las ramas del conocimiento. En ADEIN entendemos que todo conocimiento debe justificarse correctamente en base al ejercicio racional del entendimiento humano: todo juicio, acción o creencia debe encontrarse atado a una fundamentación. De ello se desprende la máxima de rigurosidad: lo que cuenta como cierto en ADEIN es todo aquello que sea fundamentado, demostrado, justificado; y para ello los miembros de nuestra Academia emplearán siempre el más alto estándar intelectual.
El Barco: Libertad
Los ilustrados, como Hume (en el Treatise) y Kant (en los Prolegómenos a toda metafísica futura), usaban el concepto de viaje para describir el proceso histórico de la Ilustración como la emancipación del hombre con respecto a cualquier filosofía dogmática y autoridad no justificada (Kant, 1783; Hume, 1739). En ese sentido, el Barco es el comienzo del viaje a través del conocimiento: viaje que no busca puerto alguno. ADEIN hace eco del ideario liberal ilustrado, que supone la ruptura de viejas cadenas y el sentido de autorresponsabilidad que importa el Sapere Aude. Como tal, ADEIN deja de lado cualquier ejercicio dogmático de la filosofía o la ciencia, poniendo a prueba todo conocimiento, y para ello formula la máxima de imparcialidad: en ADEIN no hay verdades reveladas, todo puede ser puesto a prueba o aceptado si tiene una fundamentación que supere los estándares más rigurosos del intelecto.